18.1.11

Violencia, Operativos, Pequeña Disminución y Disparo Exponencial

Con nueva información disponible de INEGI Fernando Escalante complementa su análisis estadístico sobre el homicidio en México para los años 2008 y 2009. De acuerdo con el autor:


Hace algo más de un año publiqué aquí mismo un análisis estadístico del homicidio en México entre 1990 y 2007 (Homicidios 1990-2007). La historia que contaban aquellos números era un poco desconcertante de entrada, porque nos habíamos hecho a la idea de que la violencia venía aumentando en el país desde hacía tiempo, que era incluso mayor a la que había padecido Colombia a fines de los años ochenta. Y no era así. No había datos que justificasen la sensación de inseguridad de la segunda mitad de los noventa y, extrañamente, nadie los había buscado. Por eso los números resultaban desconcertantes. Entre 1990 y 2007 la tasa nacional de homicidios había disminuido sistemáticamente, año tras año; alcanzó un máximo de 19 homicidios por cada 100 mil habitantes en 1992, y a partir de entonces comenzó a bajar hasta llegar a un mínimo de ocho homicidios por cada 100 mil habitantes en 2007.

Por supuesto, esa evolución lenta y sistemática de la tasa nacional ocultaba historias muy contrastantes de diferentes regiones del país. La disminución era particularmente pronunciada en los municipios de menos de 10 mil habitantes en el centro y sur del país, en Oaxaca, Morelos, Estado de México, Hidalgo, Puebla, Campeche, también Guerrero y Michoacán. No pasaba lo mismo en las grandes ciudades, en los municipios que habían recibido importantes flujos migratorios, en las ciudades de frontera. En particular, había tasas altas e inestables en todas las ciudades de más de 50 mil habitantes con paso de frontera en el norte del país, y había tasas mucho más altas que las del resto del territorio en la cuenca occidental del río Balsas, entre Guerrero y Michoacán, y en la parte más alta de la Sierra Madre Occidental, en los límites de Sinaloa, Chihuahua y Durango.

Me encuentro ahora con nuevos números, los que corresponden a 2008 y 2009, de la misma fuente, las actas de defunción capturadas por el INEGI. Y me siento obligado a completar aquel panorama con este otro, aunque el análisis sea todavía tentativo y en algunos extremos difícil de argumentar.

Aquella historia, la de las dos décadas mal contadas del cambio de siglo, podía explicarse en buena medida a partir de factores estructurales: el ritmo de crecimiento de la población, la estructura productiva, el sistema de comunicaciones, la configuración del tráfico fronterizo. No sucede lo mismo con estos dos últimos años: el movimiento es demasiado brusco y muy general, y por eso parece pedir una explicación coyuntural.


Fuente: NEXOS.com.mx
Escalante, Fernando (2011). “Homicidios 2009-2010. La muerte tiene permiso”.

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