23.3.10

Entelequia

En "Ciudadanos demasiado reales", pieza publicada en Nexos, Escalante señala al ciudadano como "[...] elaboración imaginaria con atributos quiméricos":

"[...] Acaso ganaríamos algo, para empezar, si dejásemos de pensar que lo que no nos gusta es un lastre del pasado: los caciques del XIX no eran un residuo de la época virreinal, los caciques y clientelas del XX no fueron restos del XIX ni los de hoy son tan sólo astillas del régimen priista; la designación —imprecisa, emotiva— tiende a hacer borrosas las diferencias, tiende a igualar a Juan Álvarez, Gordiano Guzmán, Saturnino Cedillo y Napoleón Gómez Urrutia, que no son ni remotamente parecidos. Los caciques y sus clientelas son absolutamente modernos: por eso son eficaces. Son las más de las veces producto del proceso mismo de "modernización". Y cambian conforme cambian las leyes, la estructura productiva, el orden político. La capacidad de movilización, los recursos de poder e influencia de René Bejarano o Elba Esther Gordillo no tienen nada que ver con los del general Tornel o Manuel Lozada, o los de Luis N. Morones. Por eso no es posible erradicarlos, ni deshacerse de ellos como de un peso muerto."

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